El Síndrome del/a Cooperante. Todo depende desde el primer día en cooperación.


¡Hola a todos y a todas!

El síndrome del cooperante, conocido éste como el fenómeno psicológico que padecen los y las cooperantes/voluntarios/as cuando entran de nuevo en su país de origen y reciben el denominado «choque cultural revertido»,es todavía un campo inexplorado.

Hace unos años os mostraba qué es el síndrome del cooperante tras el artículo publicado en el periodico EL MUNDO. En la actualidad, con casi 2 años de trabajo en terreno en Tanzania y a una semana de volver a España, he detectado que el Síndrome del cooperante tiene diferentes etapas, y todas éstas se influencian.

Así pues, empecemos. [Síndrome del cooperante (S.C.)]

  • La integración/adaptación al contexto del país, podrían ser las primeras pistas:
    No todas las personas en su tiempo de cooperante tienen los mismos procesos de integración y adaptación social. Al inicio de la experiencia muchos/as cooperantes, dependiendo de su personalidad, experiencias anteriores y expectativas, podrán experimentar el conocido “choque cultural” de formas diversas. Existe un largo listado de factores  modificables que influencian en la experiencia del/a cooperante.Por ello, la psicóloga Inma Ortíz en colaboración con Tidus Coop. nos muestra una serie de aspectos (controlables y no controlables) del proceso de adaptación que toda persona cooperante tiene que enfrentar y que son detectables desde el inicio del proceso y podrían determinar si éstos mismos pueden ser el motor de un posible caso de síndrome del cooperante.

ASPECTOS NO CONTROLABLES:

       – En el ocio y la cultura: Si la oferta sociocultural que encontremos en el país de origen nos enriquece, interesa y nos satisface, nos involucraremos y la valoraremos de forma positiva. Sin embargo, si ocurre lo opuesto la rechazaremos y sobrevaloraremos la nuestra.  También, el contacto con la realidad local; el grado de involucración personal y disfrute de las interacciones con las personas locales, con las comidas, el idioma … generan en la persona cooperante un vínculo entre su persona y la cultura.

El entorno: Un/a cooperante debe ser versátil. Es decir, las primeras semanas de contacto y cómo se desenvuelve en las diferentes y nuevas situaciones, resultarán cruciales en la posterior valoración (positiva / negativa) para garantizar la permanencia.

Aunque el contexto del nuevo país sea totalmente diferente al nuestro, podemos encontrar rasgos similares que nos facilitarán la adaptación (compartir el mismo idioma, gastronomia, costumbres…)

En algunos casos de proyectos de ayuda/acción humanitaria  las/os cooperantes viven en condiciones muy diferentes de sus vidas anteriores, con situaciones difíciles a veces, de escasez, peligro o falta de movilidad. Estas circunstancias no se generalizan a todas/os las/os cooperantes aunque es cierto que en cualquier sentido el estilo de vida de la persona cambia, se simplifica. Podríamos decir, debido a que en los países que se coopera los hábitos consumistas son menores.

«En muchos casos, si el/la cooperante puede vivir con estas condiciones y disfrutarlas. Sus necesidades y demandas seran también simples. Es aquí cuando el/la cooperante entiende qué es un problema y qué no, qué es necesario y qué no…  y al contrastarlo con la idea de problema y necesidad de su país de origen podría ser en un futuro un aspecto a trabajar para reducir la impotencia y/o frustración

ASPECTOS CONTROLABLES:

      – El apego a la familia y al círculo de amigas/os, a las rutinas y/o actividades que disfrutábamos haciendo, o incluso a las cosas materiales, son grandes condicionantes en el proceso de adaptación al nuevo contexto.

«A veces, esto provoca que algunas personas no estén 100% presentes y que constantemente echen de menos algo/alguien, por lo que no vivirán las novedades de forma constructiva. Si esto se alarga en el tiempo, provocará inadaptabilidad y con ello deseos de volver al hogar de origen.»

     –  La red social: Aunque sentirse «la persona nueva» puede ser dificil, crear nuestra “nueva familia” o nuevo grupo de amigas/os tendrá un gran impacto en nuestra integración y posterior apego al nuevo lugar de residencia; en cambio si nos sentimos “solas/os” el volver a casa será un alivio.

      – El trabajo/proyecto: Conocer el proyecto/ trabajo que vas a realizar con antelación, te ayuda a ubicarte y a tener expectativas más realistas.  Si te gusta lo que haces y crees en el trabajo que estás desarrollando, incrementará tu motivacion e iniciativa, para disfrutar de tu propia experiencia de cooperación.
Los  trabajos y proyectos en cooperación son muy cercanos a los problemas reales de las personas con las que intervienes, crean comunidad y unión… y en comparación con el individualismo y separatismo de nuestras sociedades de origen, pueden ser en un futuro un motivo de ansiedad.

  • El síndrome del cooperante muestra indicios semanas antes a la salida:

    Recibir el típico mensaje «¡Qué ganas de que vuelvas a casa ya!» por parte de tus amigas/os y familiares unas semanas antes de salir, ya supone un conflicto interno que muchas personas dedicadas a la cooperación sentimos.

    El tema es… ¿Volvemos a Casa? o… ¿Dejamos nuestra casa?…
    ¿Hasta cuando estaré allí?

    Nuestras familias y amigas/os nos escriben con sus mejores intenciones las ganas que tienen de vernos, de volver a quedar en el bar de siempre con algo de beber que acompañe lo que tu esperas que sea una conversación constructiva. Pero en muchos de los casos, es muy complicado explicar lo que hemos vivido, y, sobretodo dar a entender a la otra persona lo enriquecedor y valioso que ha sido todo (desde lo general hasta el más mínimo detalle). Muchas veces nos da la sensación de que no nos entienden bien, o que no les interesa. E incluso, a veces nuestros seres queridos esperan que seamos exactamente la misma persona que éramos cuando nos fuimos… y que nuestra integración será fácil porque es nuestro país y lo conocemos.

    Además, cuando hemos estado mucho tiempo en otro país, éste se ha convertido en nuestra casa, con nuestro bar de siempre, y con esa bebida que acompaña conversaciones constructivas. Es decir, nosotros/as tenemos que dejar nuestra casa para volver a nuestro país orígen.

    Es aquí cuando empiezan los primeros indicios del S.C.; al dejar la que se ha convertido en nuestra nueva zona de confort.

    El/la cooperante debe ser una persona que pueda ser capaz de crear  y romper zonas de confort a menudo. Y ¡cuidado! vivir con diferentes estados de apego y desapego, aunque enriquecen a la personas de muchas maneras, también pueden dar la sensación de sentirse sin origen y/o desubicado/a. Esto plantea la idea que el SC quizás sea un estado con el que saber convivir y saber responder durante las varias veces que surgirán a lo largo de tu carrera profesional y no sólo un caso aislado.

    Unas semanas previas a la salida ya se pueden observar indicios según cómo esperes la llegada a tu país de origen. Aunque todos/as las cooperantes nos alegra volver a ver a nuestros seres queridos… puede existir algunas situaciones que causen estrés y/o ansiedad sólo de pensarlas.

    Por ejemplo, personalmente, me da vértigo el abuso tecnológico, todo lo veo muy iluminado, más grande, más llamativo… más… artificial. Y por supuesto la no preocupación general por los impactos globales a través del consumismo absurdo me crea frustración.

  •  El SC te pone a prueba: El Aeropuerto, el antes y el después:

    Toda persona cooperante tiene un momento en el que está solo/a y debe enfrentarse a sí mismo/a. Sí, me refiero al aeropuerto. Para mí es como un lugar entre medio del antes y del después.Como decíamos al principio, no todas las personas cooperantes padecen los síntomas del SC al volver a casa; muchas otras pueden tener la sensación que «su etapa ha finalizado y ya es hora de volver y empezar otra«. En cambio, hayas tenido la experiencia que sea en tu intervención en cooperación, el aeropuerto es un momento de reflexión y autoanálisis.

    Es bastante común que te de ese subidón por ver a la familia y amigos/as, pero también sentir miedo por  perder todo lo aprendido en tu experiencia, olvidar esa vida simple y volver a la rueda del sistema consumista (volver a relajarse y caer).
    En muchos casos, los/as cooperantes al llegar al país de origen, tienen ideas más críticas, en cambio, con el tiempo se van acostumbrando a la rutina y se deja esa visión atrás.

    En cambio, por muchas veces que te encuentres en el aeropuerto a lo largo de tu vida, cada vez se lleva «mejor». No porque una etapa acabe y no se pueda volver a repetir significa que la siguiente no vaya a tener también un impacto positivo en ti. Cada vez que decidimos formar parte de otro proceso de cooperación, se viven experiencias diferentes y las fases de adaptación e integración se inician otravez.

     

  • Estar con las personas de siempre pero…

Mientras se vive en el país en cooperación los efectos de ello no suelen ser negativos ni provocar malestar, puesto que se disfruta de lo nuevo, de la adaptación y del aprendizaje. Los efectos se incrementan a la vuelta, ya que hemos desaprendido nuestros antiguos hábitos y encontramos que lo que más nos satisface es esa simplicidad de la que hablábamos, por el contrario, aborrecemos el consumo y somos más críticas/os con los hábitos/estilos de vida impuestos

La llegada a casa, es una locura. Son muchas las situaciones que aunque desde fuera parezcamos de lo más integrados/as; por dentro llevamos un cúmulo de sentimientos que nos crea confusión, enfado, frustración, cansancio/desanimo…etc.

Un ejemplo fácil de entender es a través de los comentarios estereotipados como “admiro tu trabajo” “eres muy valiente” “salvas vidas” “ayudas a los pobres”  Vs. “a mí también me gustaría hacer voluntariado en África”- estos comentarios, sin mala intención, pueden causar frustración en el/la cooperante dada la evidencia de falta de entendimiento del trabajo que realiza/ha realizado la persona en terreno.

También, la cantidad de veces que podemos repetir lo mismo una y otra vez a diferentes personas sobre nuestra labor en cooperacion, la realidad… etc. Yo, en muchos de los casos, acabo acortando todo lo que quero decir y sustituirlo por una serie de frases cortas.

Aunque la vuelta a casa no sea fácil, ser consciente de lo que nos pasa es el primer paso para afrontar que la situación no domine nuestro estado emocional.

TIDUS COOP. & Inma Ortíz

 

 

 

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